18. Historia. La monarquía en España

Sol icon - Spanish for LondonCuando cayó el Imperio Romano, a Inglaterra llegaron los anglos y los sajones. Del mismo modo, a España llegó otro grupo de invasores, los visigodos, que crearon pequeños reinos. Fue una época de extrema violencia, en la cual tuvimos 35 reyes, la mitad de los cuales fueron asesinados por la otra mitad. Precisamente, uno de ellos, el rey Witiza, pidió ayuda a los moros -los árabes del norte de Europa- para luchar contra otro rey visigodo. Así fue como, en el año 712, llegaron los árabes al territorio español. Al igual que pasó con los reyes anglosajones en Inglaterra, los reyes visigóticos se convirtieron al cristianismo, y esto marcó una línea constante en la historia de España: la relación entre el poder político y la iglesia católica.

Los árabes siguieron llegando y establecieron el reino de al Ándalus (nombre que luego derivará en Andalucía), que en el año 790 llegó a ocupar gran parte de las actuales España y Portugal, exceptuando el norte. La reconquista de estos territorios fue un período larguísimo que terminó más de 700 años después, en 1492 (el mismo año en que los españoles llegaron a América). Fue larguísimo por varios motivos. Uno de ellos era que no existía un reino unificado, sino varios: el reino de León, el reino de Castilla, el reino de Aragón, el reino de Navarra. Este último, incluso, estaba gobernado por nobles franceses, no españoles. No había un sentimiento español, en absoluto. Eso vendrá mucho después. Cada rey peleaba para ampliar su reino, no para unirse a los demás y formar España. Todo lo contrario. De este período vamos a destacar a un rey, Alfonso X el Sabio, que gobernó en Castilla y León en el siglo XIII. Este rey hizo algo completamente inusual en aquellas épocas: reemplazó el latín por el castellano -verdadero nombre del idioma español- en todos los documentos oficiales del reino, y también impulsó la publicación de todo tipo de obras en esa lengua, con lo cual le dio un impulso formidable a nuestro idioma.

Los matrimonios entre príncipes eran un asunto político, no romántico. Así fue que Fernando de Aragón se casó con Isabel de Castilla, y se unieron sus dos reinos, marcando el inicio de la unificación española. A estos reyes se los recuerda como los Reyes Católicos, porque con ellos termina la Reconquista, cuando en 1492 expulsan al último rey moro de la ciudad de Granada. Para someter a los otros reinos y luchar contra los moros, necesitaron muchísimo dinero, así que la siniestra Isabel tuvo la idea de implementar la Inquisición, cuyo primer objetivo fue apropiarse de la riqueza de los judíos, que tenían mucho dinero porque trabajaban de administradores, recaudaban impuestos, eran médicos prestigiosos, controlaban el comercio caro y prestaban a comisión, como los bancos actuales. Entonces, obligaban a los judíos a convertirse al cristianismo o les confiscaban todos sus bienes y, eventualmente, los quemaban en la hoguera acusándolos de herejía. Los Reyes Católicos fueron responsables de crear una España fanática y violenta, de instalar las persecuciones religiosas y de destruir una pacífica convivencia entre los habitantes de este país.

Como hemos dicho antes, 1492 fue también el año en que el marino italiano Cristóbal Colón llegó a América dirigiendo una expedición subvencionada por la corona española. De un día para otro, España pasa de ser uno más de los países de Europa a convertirse en un gran imperio. Tan grande, que tuvieron que organizar virreinatos en América para poder gobernarlos. Durante el larguísimo período que duró el Imperio Español, desde 1492 hasta principios del siglo XIX, cuando se independizan los territorios americanos, ningún rey o reina de España puso un pie en América.

El próximo rey importante fue Carlos I de España, también recordado como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, porque era nieto de los Reyes Católicos, pero su otro abuelo era un Habsburgo, así que heredó territorios por ambos lados. Su imperio incluía lo que actualmente es Alemania, Austria, Suiza, los Países Bajos, parte de Francia y de Checoeslovaquia, además de España y los territorios americanos. Era el hombre más poderoso de su época, y se decía que en su imperio “nunca se ponía el sol”.

Su hijo fue el rey Felipe II, que también unificó Portugal, aunque ese territorio se perdió poco después. Durante un corto período, Felipe II también fue rey de Inglaterra, porque se casó con María, hija de Enrique VIII y de su primera esposa, Catalina de Aragón. Pero María murió poco después y Felipe volvió a España. Cuando volvió, organizó la llamada Armada Invencible, conocida en inglés como Spanish Army, con el objetivo de luchar contra Isabel I, ya que esta era protestante y, por supuesto, Felipe era católico. Pero, como sabemos, la armada fue vencida por los ingleses. Carlos y Felipe son recordados como los Austrias mayores. Se los llama así porque, como hemos dicho antes, Carlos era emperador de los germanos, los actuales austríacos y alemanes. Luego vienen tres reyes llamados los Austrias menores. Estos se encontraron con una España poderosa y rica, y se dedicaron a dilapidar recursos sin ninguna noción ni intención de producir o conservar la riqueza, por lo cual comenzará el derrumbe económico del imperio. Estamos en el siglo XVII, y estos reyes fueron Felipe III, Felipe IV y el pobre Carlos II el Hechizado, un hombre muy enfermo a causa de la endogamia, que era una práctica habitual de la realeza europea. Murió muy joven y sin descendencia, así que hubo un cambio dinástico y comenzaron a reinar los Borbones, que venían de Francia y que reinan en la actualidad.

Algunos Borbones fueron muy buenos reyes, como Fernando VI, que promovió las ciencias y las artes, fomentó la agricultura, mejoró transportes y comunicaciones, entre otras cosas. Pero, como siempre ocurrió en España, la iglesia católica se puso en contra del progreso. Por ejemplo, prohibieron enseñar la física de Newton en las universidades, y la mayoría de los libros más importantes de la época eran prohibidos por la iglesia. Por eso, a pesar de los esfuerzos de los Borbones, España siguió siendo un país ignorante y atrasado. Pero a mucha gente no le importaba, porque aunque no tenían industria, el oro y la plata llegaban de América desde las minas donde trabajaban los indios esclavizados. Otro rey muy bueno fue Carlos III, que intentó modernizar el país. Pero en 1775, la Inquisición acusó al mismo ministro Olavide, entre otras cosas, porque dijo que no existían los milagros ni el infierno. Llegaron a ponerlo en prisión, pero Olavide logró escapar a Francia. Hoy, una de las universidades más importantes de España lleva su nombre.

Algunos años después, Napoleón Bonaparte se convierte en emperador de Francia y comienza a conquistar toda Europa. Pone prisionero al rey Fernando VII de España y en su lugar corona a su hermano, José I Bonaparte. Al ver que el rey estaba en poder de Napoleón, los rebeldes de las colonias americanas aprovecharon la situación y declararon su independencia, con lo cual España perdió todos los territorios de América, excepto Cuba y Puerto Rico, que seguirán siendo españoles hasta finales del siglo XIX. Es el final del imperio. Además, mucha gente ya no quería seguir viviendo bajo una monarquía absoluta, y se proclama la primera Constitución española. Pero Fernando VII, que finalmente es liberado y vuelve a España, la anuló y metió en la cárcel a los partidarios del régimen republicano. A la muerte de este rey, España estaba profundamente dividida entre los conservadores absolutistas y los liberales, que pedían reformas. El líder de los conservadores era Carlos, el hermano del difunto Fernando VII, mientras que los liberales proponían a su hija Isabel como nueva reina. Así comienzan tres largas guerras de sucesión que desangran a España a lo largo del siglo XIX. Se las conoce como las Guerras Carlistas. Las ganaron los liberales, que lograron coronar a Isabel. El problema fue que ella era una inútil absoluta. Fue un período marcado por los disturbios sociales y las huelgas, a tal punto que la reina se vio obligada a abdicar y se exilió en Francia, donde murió.

Era una situación tan caótica, que nadie quería gobernar España, así que le ofrecieron la corona a un príncipe italiano, Amadeo de Saboya, que gobernó durante tres años, hasta que se cansó de la situación y se volvió a Italia. Entonces, por primera vez en la historia del país, se proclama una república. Esta Primera República duró solamente once meses y tuvo cuatro presidentes, para que se den una idea de la inestabilidad política que había. Insisto en la influencia de la iglesia católica, que regía la educación española: 6 de cada 10 personas eran analfabetas, y sobre un total de 12.000 maestros censados, la mitad se clasificaba oficialmente como de escasa instrucción. El gobierno republicano tomó algunas medidas excelentes que pusieron a la iglesia en su contra, como la libertad de cultos y la legalización del divorcio. Piensen que la gente era terriblemente ignorante y creía en lo que le decían los curas. Por ejemplo, que esas decisiones de la república procedían del diablo, que Dios no aprobaba eso. Así que en 1875 se reinstauró la monarquía con Alfonso XII, hijo de la exiliada e inútil Isabel. Fue un buen rey, pero solo gobernó diez años. Como se ve, en España la mayoría de los reyes y reinas fueron pésimos, y los pocos buenos duraron poco tiempo. Luego vendrá Alfonso XIII, al cual ya le pusieron una bomba el día de su boda, así que para controlar la situación social, en 1923 nombró ministro al general Miguel Primo de Rivera, que inició una dictadura. Este rey perdió todo apoyo social y finalmente se fue al destierro en 1931, año en que se creó la Segunda República, que duró hasta 1936, cuando comenzó la Guerra Civil Española. Esta guerra terminó en 1939, año en que comienza la larguísima dictadura del general Francisco Franco, que duró hasta su muerte, en 1975.

Y vuelven los reyes, esta vez con Juan Carlos I, el nieto de Alfonso XIII y padre del rey actual, Felipe VI. Juan Carlos I fue muy popular al principio de su reinado porque gestionó eficientemente la transición democrática, pero muy pronto comenzaron los escándalos, tanto en su vida personal, porque aunque se casó con una princesa griega, la reina Sofía, tuvo una gran cantidad de relaciones extramaritales, como en su vida pública, porque fue acusado de corrupción. Esto fue tan grave que se vio obligado a abdicar y en 2020 se fue a vivir a Abu Dabi, donde reside actualmente. Otro miembro de la familia real, el ex marido de la infanta Cristina, hermana del rey actual, estuvo en prisión condenado por corrupción. El rey actual, Felipe VI, está casado con la reina Letizia y la heredera al trono es la infanta Leonor.

 

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